Artesanales, atemporales y llenas de significado.
Joyería fina hecha para ti y tus momentos
más especiales.
BEST SELLERS
Aretes Destello de Bosque
$1,770.00 – $6,800.00Anillo Resplandor Delicado Amatista Verde
$2,680.00 – $5,820.00Anillo Brillo Dual
$2,860.00 – $8,440.00Anillo Iridescent Esmeralda
$3,420.00 – $10,350.00Anillo Prisma Escultural
$2,050.00 – $6,940.00BEST SELLERS
Aretes Destello de Bosque
$1,770.00 – $6,800.00Anillo Resplandor Delicado Amatista Verde
$2,680.00 – $5,820.00Anillo Brillo Dual
$2,860.00 – $8,440.00Anillo Iridescent Esmeralda
$3,420.00 – $10,350.00Anillo Prisma Escultural
$2,050.00 – $6,940.00Joyería que trasciende el tiempo
En Ana Allier Jewelry diseñamos piezas únicas que cuentan tu historia. Cada joya, hecha a mano con oro de 14k, plata .925 y piedras naturales, combina elegancia atemporal y atención al detalle. Ofrecemos personalización para que cada creación sea tan especial como tú.
Más que joyería, es un reflejo de los momentos que atesoras.
Descubre la joyería que vive contigo.
ANILLOS DE COMPROMISO
detalles perfectos para tu historia de amor
Diseñamos anillos únicos que simbolizan los momentos más importantes de tu vida. Cada pieza es personalizada a tu medida, combinando diseños atemporales con materiales de la más alta calidad. Creaciones hechas para capturar el inicio de una nueva etapa y convertirse en un legado que trascienda generaciones.
Piezas Personalizadas
Nuestro manifiesto
Nos encanta que seas parte del proceso, porque no solo creamos joyas: inmortalizamos tus momentos más especiales en piezas únicas y llenas de significado. Creemos en la energía de las piedras naturales y en el poder de un trato personalizado. Queremos que salgas con más que una joya: una experiencia que siempre te haga volver.
Ana Allier Jewelry
Piezas únicas, como tú.
Historia
Ana Allier Jewelry es más que una marca de joyería; es un proyecto que une generaciones, sueños y pasión por el diseño. Todo comenzó hace muchos años, cuando yo (Ana) era solo una niña fascinada por el taller de joyería de mi mamá, Silvia. Me encantaba subir al taller que teníamos en casa para organizar piedras, observar cada detalle de las piezas que creaba o simplemente disfrutar de ese mundo mágico que ella construía con sus manos. Nunca imaginé que, años después, terminaríamos siendo socias, emprendiendo juntas en esta hermosa industria.